lunes, 17 de septiembre de 2007

*Despedida


Despedida

Al personal docente, directivo y manual de la zona escolar No. 126,

Como todo ciclo, con su principio y su fin que se convierten a su vez en principio y en fin interminablemente, así yo debo hoy continuar el rumbo de mi ciclo profesional.

Se cierra un capítulo que duró diecinueve meses desde que llegué a laborar en esta zona escolar, pero se abre uno nuevo en el que al igual que con ustedes, espero seguir buscando y encontrando las mil maneras de coincidir y disentir en la convivencia cotidiana de nuestros empleos.

Espero seguir desempeñando mi empleo y las funciones inherentes de la manera más profesional que me es posible, por lo que, acorde a mis principios, me es necesario buscar nuevos aires, porque es la única manera que conozco de rejuvenecer profesionalmente, pues al llegar a un nuevo centro de trabajo, se percibe inmediatamente cosas que el que está ahí, en muchos casos, ya no percibe.

Me atemoriza llegar al punto en el que a causa de la rutina ya no se perciben las carencias que nos rodean, las necesidades y las posibles soluciones para resolver las situaciones laborales con las que cotidianamente nos enfrentamos.

Por eso, prefiero alzar el vuelo siempre que me es posible, para no caer en la rutina y en la cotidianidad que a algunos nos sabe a prisión. Cada paso que se da en esta vida, no debe ser más que eso, un paso para seguir avanzando, y no para estacionarnos.

No todos nacimos para ser sedentarios, me gusta ser "el judío errante" cuando se marcha de un centro de trabajo a otro, y añoro ser el "hijo prodigo" o la "oveja descarriada" que regresan al redil, antes que ser el que se desempeña toda su vida profesional en un mismo centro de trabajo, lo cual respeto en quienes han encontrado en el arraigo su felicidad.

Agradezco, porque así me ha enseñado la vida, a todas las personas que en un momento dado tocaron de alguna manera mi destino. A todos aquellos cuyos caminos se cruzaron con el mío les digo que aprendí de cada gesto, de cada palabra, de cada acción y eso lo llevo a donde voy, porque somos un cúmulo de experiencias entrelazadas con todos los que respiramos el mismo aire.

Si el rumbo de nuestras vidas, nos llevase una vez más a cruzarnos en el camino, me llevo, y les dejo, la certeza de que nos saludaremos con alegría, con respeto, con agrado, como corresponde a seres humanos que hemos compartido una parte importante de nuestra vida laboral.

A los que tuve la oportunidad de tratar de manera más cercana, los directivos, los auxiliares de supervisión, el personal de programas, los compañeros supervisores, así como al personal de jefatura del sector 26, deseo enviarles por este medio un reconocimiento especial por la calidad y la calidez humana que en todo momento nos mostramos, porque nacía del corazón, no tengo duda.

Algunos de ustedes, sé que nos seguiremos comunicando, porque aprendimos a ser amigos y disfrutamos el trabajo compartido, en equipo, con miras y objetivos similares.

Gracias.

"Por una escuela de calidad"

Profesor Paulino Arreola Arreola.

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