jueves, 1 de noviembre de 2007

*El mundo es de los inteligentes


El mundo es de los inteligentes, no hay duda, los demás sólo pagamos renta y cumplimos con los requisitos básicos para que se nos permita permanecer en él.
Las cosas que nos han hecho creer que valen la pena son aquellas que no nos son necesarias. Trabajamos, vivimos y morimos en la búsqueda de lo que creemos que nos dará la felicidad y cada vez que logramos una meta caemos en la cuenta de que aquella no era sino un simple escalón, pero que sigue otro, y otro, y otro, de una escalera interminable que permitiste que los inteligentes previamente construyeran en tu ser interior.
Creo que las personas más felices son las que han aprendido a vivir sin necesitar nada, y eso les da la tranquilidad intelectual necesaria para encontrar mejores maneras de alcanzar la felicidad, a costa de los que trabajan, de los que sufren, de los que lloran, de los que sueñan.
Hoy conocí a una persona inteligente, creativa, arriesgada, luchadora, tenaz, carente de prejuicios y ajena a lo que significan los perjuicios.
Me convenció de regalarle $ 20.00 pesos. Para mí, aunque no soy rico, esa cantidad no significa nada, porque no soy inteligente. Para aquel hombre, $20.00 pesos que cada persona le regale significa una suma interesante, dependiendo de cuántas personas como yo encuentre en una hora, en un día, en un año, en una vida.
Ese es su trabajo, engañar, vender ideas, convencer, ilusionarte con un beneficio rápido, con una ganancia extraordinaria, etc. Percibí el engaño de inmediato, y sin embargo le seguí el juego, pensando ilusamente que si una persona es capaz de engañar por $ 20.00 pesos, ese es su valor.
Luego me di cuenta de que aquella persona se especializa en concontrar personas como yo, que se creen tan inteligentes de tasar el valor de un ser humano por sus actos fraudulentos.
No es el primer vividor que encuentro en la vida, y en todos los casas me he dado cuenta a tiempo de que se trata de un timo, de un engaño, y sin embargo soy tan necio que sigo creyendo que al ponerle precio a un ser humano, es él el que se devalúa, y yo me crezco por eso. Pero hoy he hecho cuentas, y no puedo dejar de reconocer que esas personas aprovechan, precisamente mi forma de pensar para seguir sobreviviendo a costa de los demás.
El mundo es de los inteligentes, y yo sólo vivo en un mísero sótano en una mísera ciudad llena de cosas lindas y buenas, plagada de oportunidades, de ilusiones inalcanzables porque no he aprendido a valorar en todo su esplendor la míseria del ser humano, lo bajo que somos capaces de caer con tal de sobrevivir.
Felicidades amigo, lograste que con gusto y por mi entera voluntad te regalara mi billete de $ 20.00 pesos, dinero que ni a un pordiosero daría en mi peor momento de debilidad.
Enhorabuena, sigo aprendiendo a conocerme y a conocer cómo piensan los gusanos arrastrados que me rodean. Gracias por la lección, sé que aún día lograré que alguien como tú me de un billete más grande que el que yo te dí, con la misma facilidad con que tú lo lograste, con esa eficacia y eficiencia en tus palabras y en tu actitud. Fuiste un gran ejemplo para mí, aprendí la lección, no me estafaste $ 20.00 pesos, venciste mi inteligencia emocional y mi poder mental, que aún se encuentra en proceso de desarrollo, seguramente a años luz de lo que tú has avanzado, a juzgar por la facilidad con que consigues los favores de quienes se cruzan en tu camino.
Gracias, Gracias.

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