lunes, 16 de julio de 2007

*¿Adictos hasta que se demuestre lo contrario?

Estudiantes de educación básica: ¿adictos hasta que se demuestre lo contrario? Ver enlace relacionado.

Autor: Paulino Arreola Arreola

El doping es la administración o uso de sustancias ajenas al organismo con la intención de mejorar artificialmente el rendimiento, lo cual está prohibido en todo tipo de competencias, ya sea de carácter físico o intelectual.

Teniendo en cuenta que la mayoría de las drogas generan dependencia, se ha llegado al punto en que cada día más alumnos de la educación básica han caído en las garras de la drogadicción, algunos a escondidas de sus padres, otros a sabiendas.

A través de los medios de comunicación en nuestro país, y cada vez más frecuentemente en los de nuestro estado, los ciudadanos vemos cómo se va generalizando la tendencia hacia la posible aplicación de exámenes antidoping a alumnos de educación básica (preescolar, primaria y secundaria), aparentemente con el único fin de asegurarse de atender a quienes ya son adictos y de proteger a los que no lo son de las posibles consecuencias de la convivencia con aquellos, pues usualmente, los adictos se ven involucrados en actividades violentas, ya sea para obtener la droga o por la deficiente capacidad de reflexión y de razonamiento lógico que se genera con el consumo de drogas.

Manifiesto a través de este medio mi rechazo a la aplicación generalizada o aleatoria de exámenes antidoping a los estudiantes, pues ellos son inocentes hasta que se demuestre lo contrario.

El examen antidoping a los estudiantes es ilegal, porque atenta contra las garantías individuales consagradas en la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos al atribuírseles “a priori” la presunción de que consumen drogas.

Los estudiantes de educación básica no merecen que se les aplique el famoso antidoping como si fuesen criminales.

Los progenitores no debemos permitir que las escuelas se hagan cómplices de tal fechoría contra nuestros hijos. Los maestros y las autoridades mismas deberían eliminar la posibilidad de aplicar exámenes antidoping a los menores de edad, salvo por causas de riesgos a la salud. Y aún en ese caso, serían las autoridades sanitarias las únicas indicadas para realizarlo, y con previo consentimiento por escrito de los padres o tutores.

Si permitimos que a los alumnos de educación básica se les aplique el examen antidoping, después no tendríamos razones para no permitir que a nuestras hijas se les aplique el examen de embarazo, o de la virginidad, o de la salud mental, etc.

Si acaso el problema de la drogadicción llegase a ser de una gran magnitud, jamás deberá ser con la complicidad de las escuelas que se realicen dichas prácticas, todo deberá hacerse a través de la familia, ya sea por medio de ajustar la cartilla de vacunación o con la creación de un nuevo documento sanitario que autoricen los órganos legislativos de la nación.

Es cierto, debemos cuidar que nuestros hijos vivan sin drogas, pero también debemos evitarles la castración mental que le significaría a un inocente acceder a la presunción de culpabilidad sin acusación previa.

1 comentario:

LUDA dijo...

Sorpresa que tienes ya tu blog! Bien, por aquí nos estaremos leyendo. Saludos