jueves, 9 de agosto de 2007

*No a la reforma a la ley del ISSSTE

No a la reforma a la ley del ISSSTE. (Ver enlace relacionado)

Autor: Paulino Arreola Arreola

Nunca he terminado de entender a cabalidad qué sucedió con el Fondo Bancario de Protección al Ahorro (Fobaproa), pero quiero creer que aquello fue para rescatar a las empresas de un déficit de liquidez y entiendo que se logró rescatar los bancos de la quiebra a partir de la utilización de dinero del gobierno federal.

Lo que definitivamente no entiendo es, por qué no se utilizó el mismo sistema para rescatar al ISSSTE. El gobierno entendió que era inminente la quiebra de esa institución, pues se encontraba ya casi en números rojos. Pero ¿en dónde estriba la diferencia en el ejercicio del poder y en la aplicación de las leyes?

¿Por qué no se utilizó dinero federal para rescatar al ISSSTE de la quiebra? ¿Por qué tienen que ser los trabajadores quienes lo rescaten? ¿Por qué salvar a los empresarios y no a los empleados?

Está claro que para el gobierno mexicano es más importante un empresario que un empleado, no hay duda de eso. La historia está plagada de eventos que muestran cómo se ha beneficiado a la clase poderosa, aunque sea minoría, por encima de la clase popular, que siempre ha sido la mayoría.

Otro aspecto que me sorprende respecto a la reforma a la ley del ISSSTE es el hecho de que los legisladores pasaron por encima del artículo 14 constitucional, el cual a la letra dice: “A ninguna ley se dará efecto retroactivo en perjuicio de persona alguna.”

Hasta donde alcanzo a comprender el artículo 14, éste me dice que si me contrataron como profesor, mi contrato estaba basado en ciertos reglamentos y leyes. Sin embargo varios lustros después, ahora me dicen que ya mi contrato no es por 30 años para poder jubilarme, sino que ahora deberé trabajar hasta los 60 años de edad. En dónde quedó el artículo 14 constitucional, pues es obvio que la nueva ley del ISSSTE va en contra de tal artículo, que aún sigue vigente.

Es entendible que a los nuevos contratados se les aplique la nueva ley, pero a los que ya estamos en servicio, ¿por qué no respetarnos los derechos a partir de las leyes y reglamentos con los que fuimos contratados en su momento?

Hay veces que quisiera ser abogado para entender todas las leyes y sus recovecos, pero casi siempre me convenzo de que prefiero seguir siendo profesor, para explicarles a mis alumnos todas las cosas que no puedo entender, y sembrarles la duda. Porque solamente con la duda razonada podremos crear ciudadanos capaces de reflexionar, analizar y criticar el mundo en que vivimos, y buscar así las maneras más apropiadas de manifestarnos cuando se tiene la certeza de que se están pisoteando nuestros derechos laborales.

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