martes, 14 de agosto de 2007

*Un mundo nos vigila

Un mundo nos vigila

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Autor: Paulino Arreola Arreola

No hace muchos años que nos dábamos el gusto de orinar al aire libre: “voy a miarbolito” decíamos; podíamos tirar basura y escupir en cualquier lugar, fumar y beber todo tipo de cosas y rascarnos el trasero sabiendo que nadie nos observaba.

Uno se podía bañar encuerado en los arroyos, ríos o lagunas, si no era tiempo de sequía y siempre y cuando fuese sábado. Podías estar con tu novia en un lugar oscurito, y aunque todo mundo se imaginaba lo que sucedía entre las sombras, nadie te podía ver.

¡Qué tiempos aquellos! Había cierto respeto por la privacidad y también cierto placer al hacer cosas a escondidas de los profesores, de los padres, de los pre-suegros, etc. Cuando alguien hacía algo malo o extraño en el pueblo, te enterabas tiempo después a través de la radio, de la televisión, del periódico o de la comadre.

Sin embargo, conforme los avances de la tecnología se nos fueron acercando, cada vez existe menos privacidad en la vida de cualquier hijo de vecina. Ahora vivimos en una aldea global en la que a los africanos les llueve y nosotros nos inundamos. En Irak no producen petróleo por andar sacudiéndose a los gringos y en México aumenta el precio de la gasolina, etcétera.

Madona se baña sin sostén en la alberca de su casa y todo el mundo la ve por televisión. Maradona se droga en una fiesta orgiástica y todos los aficionados al fútbol se enteran. El Papa reza y le vemos el rostro compungido por el dolor y el sufrimiento por los pobres del mundo. A alguien le cae un rayo y observas por televisión el momento justo del suceso.

Existen en la actualidad, cámaras de video que vigilan el tráfico vehicular en las principales avenidas de la ciudad, los centros comerciales vigilan a sus empleados y a sus clientes. Automóviles y movimiento de personas son detectados a través del satélite y ahora existe un chip que se te inserta en la piel y pueden localizarte en caso de secuestro.

Si usas Internet, te rastran para saber que páginas visitas y cuánto tiempo permaneces en línea y tienen la lista de todos tus contactos. Si te pagan por nómina electrónica, los bancos rastrean por todo el mundo el uso de tu tarjeta de débito para ver en qué quedó tu miserable sueldo de empleado; saben qué compras y a quiénes les adeudas.

Las autoridades y las ratas te ven en cámaras de circuito cerrado desde que sales de tu casa, saben por cuáles calles circulas, cuáles semáforos te pasaste en rojo, a qué velocidad vas. No hay lugar en los estacionamientos en que puedas dejar tu coche y que no esté vigilado, aunque si te lo roban, claro que nadie supo qué sucedió, pero bueno, esa es otra historia.

Todos sabemos que hace tiempo nos vigilan en todas partes. No hay duda de eso, pero ahora, el propio gobierno mexicano ha aceptado que sí tiene la capacidad para interceptar llamadas telefónicas, conversaciones públicas y privadas. Te ven desde los satélites, sobre todo si estás cerca de la frontera. Así que olvídate de hacer el amor con la cortina abierta, o en el patio de tu casa, pues alguien te está viendo, y escuchando.

Bien por toda la tecnología, pero me quedan algunas dudas. Si saben todo eso, ¿por qué nadie ha podido encontrar a las mujeres y a los hombres desparecidos en ciudad Juárez, en Chihuahua, en Tijuana, etc.? ¿Por qué nadie sabe quién robó mi casa? ¿Quién se robó mi automóvil?, y ultimadamente, ¿en dónde está el poco dinero que yo había dejado en mi tarjeta de débito para sobrevivir hasta el pago de la siguiente quincena?

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